Columnistas (La Razon)
Elecciones, la opción útil
Leopoldo Fernández Ferreir
Las próximas elecciones generales en Bolivia serán determinantes para la historia de este país. El voto del soberano será fundamental para ello, eso es cierto, pero más importante todavía será el comportamiento de sus actuales líderes políticos, pues serán ellos los encargados de abrir o cerrar la esperanza de un país hacia el nuevo siglo.
La polarización política a la que hemos sido arrastrados por el actual Gobierno es realmente preocupante. Como en ningún momento de nuestra historia, Bolivia se mira al espejo y trata de encontrar su identidad, en un esfuerzo de definir por dónde debemos llevar al país. ¿Pero cómo hemos llegado a este punto? ¿Qué fuerzas llevaron a este país al borde de la guerra civil y por qué no podemos escapar de esta peligrosa espiral? ¿Es que realmente los collas, cambas, mestizos, aymaras, quechuas, chapacos, citadinos y campesinos nos odiamos tanto? ¿Es que Morales no entendió la tarea que debía seguir? ¿O es que el pueblo boliviano no entendió la propuesta de Morales y le acabamos dando la autorización de destrozar el país?
La verdad es que la crisis política que lleva a Evo al poder se origina en el mismo sistema político partidario. Quizás el error más grande estuvo en la soberbia de Sánchez de Lozada, que al no querer descentralizar el poder lo condenó a una especie de Bastilla en la plaza Murillo. Quizás fue el no haber corregido los errores de la capitalización a tiempo. Quizás fue la inflexibilidad del modelo económico, que estuvo más preocupada con los indicadores macro económicos, antes que con la distribución más equitativa de la riqueza nacional. Pero ciertamente residió en la terquedad del sistema político de reformarse a sí mismo y de encarar un nuevo siglo con diferentes características y fuerzas políticas que lo acabarían por derrumbar.
La necesidad del cambio era evidente y Morales sólo era un político contestatario del sistema que podía conducir ese cambio. Pero fuimos todos engañados. Ahora vemos con claridad que el clima beligerante del pedido de reforma era conducido y financiado desde fuera. Si no fuese así podríamos estar en un régimen como el del Brasil, con mayor equidad social, pero con crecimiento económico y estabilidad social e institucional. Veríamos que no habría contradicciones en el planteamiento de la agenda de octubre: nada por Chile, exportar hidrocarburos sólo industrializados, todo por el Perú. Hoy es todo lo contrario: negociamos el Silala, el Gobierno de Chile es aliado político, el del Perú es enemigo y los hidrocarburos se venden como materia prima y todavía hemos perdido la importancia estratégica debido a los errores políticos en la “nacionalización”.
El actual régimen ha sabido aprovechar eficientemente el ejercicio del poder. No podemos hablar de un fraude masivo con pruebas en la mano, pero sabemos que se han manipulado factores electorales para crear una sensación de apoyo masivo. Y se pretende continuar con ello en las próximas elecciones. La respuesta inmediata al padrón biométrico es el desplazamiento descarado de votantes hacia Pando, con la clara intención de consolidar el control del Poder Legislativo. Otra vez la contradicción entre descolonización y colonización a lo interno. Oprimir un pueblo noble y postergado colonizando sus tierras. Si antes fue España que cambió la vida en el continente imponiendo un régimen por la fuerza a través de sus colonias, ahora es Evo Morales y su virrey Quintana que pretenden hacer lo mismo con cocaleros en nuestra amazonía.
Las opciones de Bolivia se ven reducidas y quedan tan sólo dos posibles: una, la opción de Evo Morales, sin democracia, sin Estado de Derecho, con opresión abierta y descarada, sin justicia, con presos políticos y desterrados. La otra, una opción democrática, de institucionalidad, de una verdadera equidad e igualdad ante la ley. El ciudadano deberá elegir, pero corresponde a los políticos plantear correctamente las opciones.
Si fue el sistema partidario el que provocó este proceso, entonces la solución no está en él. Particularmente no tengo absolutamente nada contra los candidatos que ya se han presentado como tales. Los respeto como personas y como políticos. Pero están en la obligación de entender que su postulación solo es combustible para la cacería de brujas que impulsa el MAS. Si consideramos que la actual Constitución tuvo un No contundente en alrededor del 40% de la población nacional es fácil concluir que es ése el porcentaje de bolivianos que no aprueba la gestión de Morales. Pero no podemos afirmar que esa masa de votantes aprobará la candidatura de algún postulante del sistema partidario tradicional.
Es incluso probable que esa plataforma de rechazo se haya incrementado durante los últimos meses debido a los casos de corrupción descubiertos en este año y a los permanentes atropellos y abusos del Gobierno a diferentes sectores de la población, que desenmascaran el verdadero rostro de esta gestión de gobierno.
Por ello, a mi criterio, la mejor opción de quienes pretendemos recuperar la democracia y no queremos sumergir Bolivia en la opresión es la de conformar un frente común. Mi planteamiento es un gobierno de transición, electo por el pueblo y con la misión de recuperar las instituciones democráticas, el Poder Judicial, el Tribunal Constitucional, estructurar e institucionalizar las empresas del Estado, el sistema regulatorio, impulsar el sector productivo, reducir el narcotráfico y recuperar los sistemas de control y fiscalización de la administración pública. Un gobierno que tenga el apoyo de todos los líderes políticos, nacionales y regionales para terminar efectivamente la polarización a la que hemos sido sometidos.
Pero esta candidatura debe tener algunas características adicionales, sin las cuales es incompleta. Debe ser fresca, es decir debe venir de fuera del sistema partidario tradicional, pero conocerlo en profundidad. Debe ser paceña, citadina de clase media, profesional, honesta, mestiza y mujer. Que garantice un cambio en el sistema político, que consolide la inclusión social y que impulse una verdadera autonomía para las regiones a tiempo de asegurar la unidad nacional.
Bolivia debe recuperar la vigencia de la democracia plenamente y los líderes de esta generación serán juzgados de acuerdo a su comportamiento en este momento particular de la historia. El presentar varias candidaturas de oposición sólo revelará una contundente miopía política en un extremo o una funcionalidad al proyecto masista en el otro. Apostar por la democracia significa desprendimiento en función de los intereses de Bolivia, significa apoyar una candidatura con posibilidad real de ganarle a Evo Morales. Sólo tenemos esta oportunidad. El totalitarismo y belicosidad del gobierno de Chávez, el verdadero líder de estas dictaduras nos muestra el peligro que se cierne sobre todos los bolivianos. La movilización de gente hacia Pando muestra que aquí están dispuestos a absolutamente todo para mantenerse en el poder y concentrarlo más aún. Confío en la vocación democrática de los líderes políticos, espero que tomen la decisión correcta y resignen todos ellos por una candidatura viable y útil.
*Leopoldo Fernández Ferreira
es prefecto suspendido de Pando.
2 comentarios:
POLÍTICO SIN MEMORIA (Actualizado)
Leer y entender lo que escribe Leopoldo Fernández desde el reclusorio de San Pedro es realmente muy confortable, también es para hacer de esto un documento archivo y ponerlo bajo el brazo para repasarlo cada vez que algún político toma el camino equivocado o como siempre promete hasta realizar sus logros personales y luego les importa un pepino.
Pero Yo me pregunto y algunos se harán la misma pregunta.......y de donde salió este Leopoldo tan pensante y universal...yo conocía al Leopoldo que era un excelente abogado, un político astuto, y ventajista para encontrar formas de vida llena de abundancia y acumular riquezas para él, familia y amigos, en más de una vez lo vi en sendos debates en el congreso o encuentros con políticos oficialistas y me decía que tipo más macanudo como político y legislador si no fuera tan partidista y protector solo del lado del cual pertenece seria el "tipazo", valiente, elocuente, y capaz.
No era así el no era un servidor para todos los bolivianos....y lo demostró en su alineación con la media luna radical y su visión miope para ver a todo el universo de bolivianos haciendo de su prefectura un pequeño reino y de Pando casi una República, donde él y su partidarios era los únicos que gozaban de derechos.
Pero hoy quizá tocado por la realidad en la que se encuentra en la cárcel de San Pedro, reflexiona y escribe esa nota...... bien por el quizá ha cambiado por una persona más boliviana un verdadero patriota, sería lindo pues así habríamos ganado todos los bolivianos a un buen líder.....pero deberá dejar pasar mucho tiempo para cerrar heridas y mostrase que es otro...el Leopoldo
que puede ayudar con su gran escuela y experiencia.
Veremos el tiempo lo dirá.
Rodo.
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