viernes, 1 de enero de 2010

OPINION DE UN BUEN PERIODISTA (CONSTRUCTIVO)

Columnistas / La Razon /Primero del 2010

Veinte y diez
Jaime Iturri Salmón*

Si usted está leyendo esta columna, le tengo no sólo gratitud eterna sino reconocimiento pleno. El 90% de la minoría que lee periódicos en estos momento se encuentra compartiendo amores entre el dios Baco y Morfeo.
Primer día del año y corresponde hacer buenos deseos. No de aquellos que no se cumplirán nunca como dieta, dejar de fumar (para los que todavía lo hacen) o promesas de hacer mayor ejercicio. No, vamos a las cosas serias.
Bolivia tiene un enorme desafío, se llama educación. No hay posibilidades de desarrollo, de mejoramiento de calidad de vida, de conservación de la naturaleza y todo eso que hace el vivir bien si es que no mejoramos la calidad de la formación de nuestros niños y jóvenes.
Cuando escuché que la dirección de los maestros no quería computadoras sino platita para chupársela, me convencí de que los educadores deberían buscar líderes revolucionarios de a de veras, de los que sean capaces de responder con su trabajo práctico, de los que sean capaces de formar generaciones de estudiantes que respondan a los desafíos de su tiempo, que sepan leer, interpretar y tengan orientación acorde al siglo XXI.
Y para ello es indispensable ampliar la oferta gubernamental. Una computadora por maestro es un gran avance, pero sólo debe ser considerada como el principio. El siguiente paso es dotar de un ordenador por estudiante en todos los colegios fiscales y en los particulares cuya pensión sea inferior a los 100 bolivianos. Hoy hay computadoras que se programan para apagarse a las pocas horas de ser llevadas a casa y solamente pueden ser prendidas por los profesores cuando se reprograman. Así no hay peligro de que las roben, pues, cada día deben volver a ser prendidas por el maestro. Sin embargo, y aquí está parte de su encanto, al ser llevadas a casa el muchacho puede enseñar computación al padre y ésa sí que sería una gran revolución.
Una computadora por estudiante sería abrirles a nuestros niños el mundo y los haría muy competitivos. Uruguay ya ha implementado el plan. Venezuela va a distribuir un millón de ordenadores, Chile también ha hecho lo suyo para no hablar de Argentina. Es una tendencia mundial.
Claro que no solamente hay que entregar la computadora, sino también programas especiales para que se adecue la educación “en cuaderno” a la digital de nuestros días. Claro que el papel escrito no desaparecerá, pero muchas cosas se podrán hacer ya en la computadora y luego hasta se enviarán las tareas por correo electrónico. Imagínese lo que se ahorraría en textos escolares si éstos pudieran estar en el disco duro.
Hoy en día es posible leer miles de libros digitales en pequeños aparatos electrónicos que incluso permiten que se los subraye, que se agrande la letra si tenemos problemas y vista y que se los almacene por montones. No tengo nada contra el papel, es más creo que no hay olor más sensual que el de la tinta. Pero no discuto las virtudes de la electrónica a la hora de educar.
¡Qué mejor inversión del Estado que en la educación! Tenemos más de ocho mil millones de dólares en el Banco Central de Bolivia. Es hora de invertirlos y la prioridad es enseñar a pescar a los chiquilines, para que mañana puedan leer sin complejos los periódicos del mundo entero.
Acabamos de cumplir 200 años libres, hagamos que este año 2010 sea 20 por 10 y que sea la base para los próximos 200 años. Entonces, como decía Murillo y los suyos, la revolución buscará la felicidad que le deseo en este nuevo año.

*Jaime Iturri Salmón
es periodista.

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