miércoles, 19 de mayo de 2010

En Bolivia la repartija era a diestra y siniestra

Opinión
PUNTO Y COMA - La Prensa 19,Mayo 2010
Democracia pactada
Valentín Abecia López | Actualizado 19/05/2010

El acuerdo que acaban de firmar David Cameron, del Partido Conservador, y Nick Clegg, del Liberal Demócrata, en Londres, debe haber estremecido las afiebradas mentes del apparatchik del MAS, este acuerdo por la democracia incluye la repartija del poder, Cameron será Primer Ministro y Clegg, Viceprimer, lo que incorpora, además, la cesión de cinco carteras ministeriales y 20 puestos en el Gobierno, una verdadera división salomónica.
Es, sin duda, interesante esta nueva fórmula inglesa de resolver entuertos, que está dando sus primeros pasos en Europa, aunque en esta parte del mundo la conocemos de antiguo y la hemos usado a diestra y siniestra.
Paz Estenssoro le ofreció a Banzer una posible co-administración el año 1985, que no fue aceptada por el jefe de ADN, pues tembló de miedo frente al posible fracaso del 21060, pero admitió varios cargos menores, tales como el manejo de Enfe, AADAA, LAB.
Cuatro años más tarde, Paz Zamora y Banzer firmaron una suerte de co-gobierno cuando la economía estaba bajo control, que, en realidad, se convirtió en el primer ensayo, en serio, de este modelito, se repartieron las pegas en partes iguales sin dejar espacio a nadie más, y usufructuaron el poder con una alegría inimaginable.
Luego arrasó el Goni, pero con la finalidad de transformar todo lo transformable, tuvo que sumar a los partidos menores que le daban cierto condimento, tales como el MBL y UCS, otorgándoles cuotas que, en ciertos casos, parecían desmesuradas, pero aligeraban las decisiones en el Parlamento.
Cuando le tocó el encargo a Banzer, el sistema se había desgastado totalmente, aquello de la democracia pactada que había sido inaugurada con Paz Estenssoro realmente había tocado fondo. La ADN sumó al MIR, como socio mayor, y a todos los engendros de partido que deambulaban sin rumbo fijo. Total, la administración se convirtió en un desmadre.
Pero la cereza de la torta la tuvo que poner el Goni. En un sufrido proceso de negociaciones, se vio obligado a cargar con el MIR, a ese que le dolía Bolivia, y a un importante número de taxi-partidos, concluyendo el embrollo en un arreglo con el más fiero de todos, NFR, que terminó por desquiciar la entreverada gestión gubernamental y jamás dio gobernabilidad, un tremendo despelote que finalizó tal como tenía que terminar.
Lo que vino después, para todos los efectos, es mero cuento. Lo evidente es que todos los acuerdos para gobernar Bolivia tuvieron, sin la menor duda, un lado positivo, permitieron, durante 18 años (1985-2003), la gobernabilidad del país, que las cosas no se tranquen y fluyan adecuadamente, pese a la repartija de pegas y a ese tráfico de manejos turbios. Aunque, por otra parte, a título de democracia, se permitió que un grupo infinitesimal se adueñara de las instituciones, sin participación popular verdadera, lo que terminó por convertirse en una fruta amarga y podrida. No por los acuerdo en sí mismos, que no eran malos del todo, sino por los actores y sus ambiciones.
El actual Gobierno y la intelligentsia que está detrás de todos sus actos, por encargo expreso de la Pachamama, ha satanizado todo tipo de democracia pactada, al extremo de convertirla en una mala palabra. Y con esos aires mesiánicos y de permanente arrogancia que se han transformado en una constante, Urbi et orbi, es muy probable, casi seguro, que maldiga lo recientemente sucedido en el Reino Unido, y termine mandando a Cameron y Clegg un mensaje apocalíptico que destruya las endebles bases democráticas del Reino Unido.

Economista e historiador

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