Bolivia: indígenas entregan restos de policías que lincharon
4 de junio de 2010, 10:26 AM
LA PAZ (AP) - Indígenas de una remota aldea quechua del sur de Bolivia entregaron el viernes los cadáveres de cuatro policías que lincharon hace 12 días tras confundirlos con ladrones, informó un jefe policial.
Los despojos fueron entregados en la mañana a un sacerdote católico que medió en la negociación y familiares de las víctimas, dijo el mayor Limberg Oporto a la emisora Erbol.
Los restos fueron llevados a la ciudad andina de Oruro, 190 kilómetros al sur de La Paz, donde serán sometidos a una autopsia. Los cuatro agentes, dos sargentos, un suboficial y un policía raso, cumplían funciones en esa ciudad.
El abogado de los familiares Jhony Gastelú confirmó la entrega. No se rebeló de inmediato el acuerdo que permitió la entrega.
Los indígenas habían demandado al gobierno declarar a su aldea libre para contrabandear vehículos e inmunidad, a cambio de los cadáveres de los policías que ajusticiaron, pero el gobierno dijo que no negociará.
Los policías habían ingresado a la zona para investigar el robo de dos vehículos y fueron emboscados por cientos de indígenas a 270 kilómetros al sur de La Paz.
La policía dijo que los cuatro eran miembros activos pero los indígenas mantienen su versión de que lincharon a ladrones y no a policías y explicaron que fueron víctimas de extorsiones de los agentes.
El caso sacudió el país y desnudó problemas profundos como la ausencia del Estado en esa región pobre y aislada del altiplano que los traficantes transformaron en ruta del contrabando de vehículos que ingresan desde Chile. Anteriormente, la policía también halló en la zona fábricas precarias de cocaína.
Pero también reavivó la polémica en torno a la "justicia comunitaria" que ha sido incorporada en la nueva Constitución la misma que permite a los indígenas aplicar usos y costumbres ancestrales para impartir justicia en sus pueblos.
Ni la justicia ordinaria y tampoco la justicia comunitaria reconocen la pena de muerte, pero a nombre de ésta última se linchan a delincuentes que son sorprendidos en el acto, una práctica cada vez más frecuente en barriadas y regiones rurales apartadas, debido a la falta de credibilidad de jueces y policías.
El asesinato ocurrió en una región habitada por aldeas indígenas quechuas que hasta los años 90 afrontaban fuertes rivalidades y saldaban a tiros las disputas por linderos entre comarcas hasta. Un plan gubernamental entonces permitió pacificar y desarmar a los nativos.
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